Niñas, tengo que ir de compras, no abran la puerta
Sí, mamá
Hasta luego mami
Adiós, queridas hijas
Zzz
Érase una vez, una madre cabra con sus hijas. Un día ella tenía que salir y les dijo a sus hijitas que no abrieran la puerta.
Oh, mi pobre pancita! Tengo que buscar algo para comer
*Howl
*Yawn
Después de despedir a su madre, las cabritas fueron a jugar en su cuarto.
*pant pant
Estupendo, ellas se ven sabrosas!
Mientras tanto, una loba negra estaba durmiendo en el bosque. El anterior día ella no pudo atrapar nada para comer.
Pequeñas, es su madre, abran la puerta!
Cuando la loba despertó su estómago comenzó a gruñir y eso le dolía tanto que comenzó a aullar. Así que se dispuso a buscar alguna presa para comer.
*Grumble
La loba no tenía energía para cazar y estuvo a punto de darse por vencida hasta que vio una casa, cuando se acercó a la ventana pudo ver a las cabras jugando en su habitación, ella comenzó a babear y, cuando escuchó a una cabrita diciendo que su mamá estaba fuera, ella tuvo una idea.
De esta manera, la loba pretendió ser la madre de las cabritas, llamandolas a la puerta para que abrieran.