En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía un hidalgo de los de lanza de astillero, rocín flaco y galgo corredor
La edad de nuestro hidalgo frisaba los 50 años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza
Quieren decir que tenía el nombre de "Quijada" o "Quesada", que en esto hay diferencias entre nosotros los autores. Pero esto importa poco a nuestro relato.
Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que pasaba ocioso, se daba a leer libros de caballería
Por esto, nuestro pobre caballero perdía el juicio. No estaba muy bien.
Por ello, le pareció adecuado hacerse caballero andante para el servicio de su república y el aumento de su honra
Fue luego a ver a su rocín. Pasó 4 días en imaginar que nombre le pondría. Al final le vino el nombre de "Rocinante"- Era sonoro, alto y significativo de lo que era.
Lo primero que hizo fue limpiar y reparar unas armas de su bisabuelos. Las limpio y las probó. En un golpe rompió lo que le tomó arreglar 1 semana.
¡Mi nombre ahora en adelante será "Don Quijote de la Mancha"!
Puesto nombre a su caballo, quiso ponerse un nombre a sí mismo. Tardó pensando 8 días, y al cabo se vino a llamar "don Quijote" y también añadió el nombre de su reino y patria. Quedando así "don Quijote de la Mancha
A nuestro hidalgo solamente le faltaba una dama de quien enamorarse. Vino a llamarla "Dulcinea del Toboso", nombre a su parecer, músico y peregrino.
¡Sin más demora el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha pensaba en los agravios que deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar y abusos que mejorar y deudas que satisfacer!
Hecho por: Rubén Sánchez Bermúdez 10-4
Continuará en... "La primera salida que de su tierra hizo el ingenioso Don Quijote"