Tras más de tres siglos de conquista y colonia del imperio español, el sentimiento independentista se extendió en América.
Era viernes, día de mercado y de mayor concurrencia a la plaza mayor. Al mediodía, Luis de Rubio se acercó a la casa del español José González Llorente y le pidió prestado un florero para decorar la mesa de Antonio Villavicencio.
Lo siento, no les puesdo prestar el florero. Siempre que lo presto me lo traen en mal estado y luego va perdiendo su valor.
Me puede prestar su florero para decorar la mesa de mi amigo.
La inminente negativa permitió la intervención de Francisco José de Caldas y Antonio Morales, que inmediatamente alertaron al pueblo de la afrenta del “chapetón” (como eran llamados los españoles) al pueblo americano.
Solo dije que no podía prestarles mi florero, yo nunca los he insultado.
Usted nos esta discriminando e insultando, era lo que faltaba. Que tiene que ver que seamos americanos.
Pueblo, acá Llorente nos está insultando y discriminando.
Luego de tanta pelea, se rompió el florero. La partida del florero no dio paso a la independencia, ya hace ratito venían pasando ciertos hechos y la partida del florerp fue la última gota que faltaba para que se diera inicio a la independencia de Colombia. El florero fue el detonante que desató el grito de independencia de Colombia el 20 de julio de 1810.
¡Mi florerooo!
Prestenos ese florero
La independencia total se conseguiría bajo el mando de Simón Bolívar tras una campaña que inició en mayo de 1818 en Venezuela y terminó en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819.
¡AAAAAAAA!
¡AAAAAAAA!
Luego de la batalla ganada, se dio paso al Congreso de Angostura y al nacimiento de la República de Colombia.
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