En Londres de 1920 nace Rosalind Franklin. Su educación más temprana, hasta los 18 años, la recibió en varios colegios de prestigio, incluyendo una estancia en Francia con un programa que incluía, además de costura, deporte y aula de debate, física y química.
Vuelve a casa y aprueba el examen de ingreso en el Colegio Newnham, en Cambridge, para estudiar ciencias experimentales, más concretamente, química. En 1941, se gradúa en química y física y, de inmediato, consigue una beca para iniciar su tesis doctoral
Charla:
Un año después, en 1942 y en plena Guerra Mundial, pasa a la Asociación para la Utilización del Carbón y con sus investigaciones ayuda al esfuerzo de guerra. Hizo un trabajo importante en sus estudios sobre el carbón lo que le permitió, al acabar la guerra y en 1946, defender su tesis doctoral.
Adrienne Weill, en 1947, la animó a ir a Francia, al Laboratorio Central de Servicios Químicos del Estado, en París. Aprendió la técnica de difracción de Rayos X en la que se convertiría en una experta a nivel mundial. En 1951, vuelve a Inglaterra y consigue una plaza en el King’s College de Londres. Allí le encargan el estudio de la estructura del ADN.
En su estancia, Rosalind mejoró el aparato para obtener imágenes con ADN, cambió el método y obtuvo fotografías con una nitidez jamás conseguida y en noviembre de 1951 dio una charla para exponer sus resultados. Se cansa del ambiente del King’s College y se traslada al Birbeck College, en Londres, donde permaneció hasta su muerte.
Allí siguió adelante, con importantes trabajos sobre virus, en concreto, el del mosaico del tabaco y el de la polio que todavía citan los expertos. Pero en 1956 se siente mal y pronto se le diagnostica cáncer de ovario, quizá provocado por la excesiva exposición a radiaciones por los Rayos X. Murió en Londres el 16 de abril de 1958, a los 37 años.