Estaba Jesús resucitado en medio de sus apóstoles y antes de partir les dijo...
No salgan de Jerusalén, más bien aguarden la promesa del Padre, de la que les hablé; porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días.
Más tarde, Jesús asciende al cielo y dos ángeles les dicen a sus apóstoles...
Galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal y como lo han visto irse al cielo.
Días después, estaban reunidas unas 120 personas y Pedro dice...
Hermanos, tenía que cumplirse lo que anunció el profeta David y el Libro de los Salmos sobre Judas. Ahora pedimos al Señor que nos muestre su elegido entre José y Matías para que ocupe su lugar.
Lo hemos echado a suertes y cayó la suerte sobre Matías, el cual será agregado a nosotros para que seamos doce nuevamente.
¿No son galileos todos los que hablan?¿Cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra lengua materna?
El Espíritu Santo desciende sobre ellos, comienzan a hablar en lenguas y el pueblo dice...
¿Qué significa esto?Están borrachos.
Pedro escucha al pueblo y contesta
No; éstos no están borrachos, lo que pasa es que se está cumpliendo lo que dijo el profeta Joel sobre la venida del Espíritu Santo. Somos testigos de que Dios ha resucitado a Jesús y lo ha constituido en nuestro Señor y Mesías.
Entonces el pueblo pregunta...
Desde ese día se bautizaron, vivieron unidos, compartían lo que tenían, comían juntos, alababan a Dios y cada día más personas se convertían para su salvación.
Arrepiéntanse y que cada uno se bautice en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados; entonces recibirán el don del Espíritu Santo.