Las primeras horas conocí a algunos humanos, se veían despreocupados y felices en sus hogares, sin embargo durante el día no los vi más.
Vivían en casas grandes, muy adornadas, entre ellos se parecían, sus ropajes y colores.
Me adentré a lo que llaman ciudad, descubrí en donde hacen sus cosas de humanos, viven por una sociedad.
Descubrí humanos diferentes, hogares y expresiones diferentes. Me acerqué para saber qué sucedía.
Tenían problemas y cargas encima, explicaron el motivo de la felicidad de los demás y el descontento propio. Solo me movilicé poco y la diferencia era considerable.
Por último observé el peor escenario y comprendí que el humano era bastante injusto. La forma en que escogieron vivir como sociedad deja mal a algunos mientras otros tienen hasta de más.
Algunos no tienen ni siquiera para alimentarse, otros tienen más de un hogar, ¡y ni siquiera pueden dividirse para disfrutar de todos!
Utilizarían nuestros recursos si decidimos relacionarnos con ellos. No se tienen respeto ni en su propia especie, son egoístas y teniendo la solución en sus manos prefieren dejar a otros morir de hambre.
Se utilizan a su propio beneficio, viven en burbujas de privilegios aún cuando realmente todos están cercas y pueden ser conscientes de lo que sucede.
Entonces la Tierra no es un lugar bueno por sus habitantes,