¿Se te ha metido el demoniodentro del cuerpo, mujer?¿No ves que no puede ser feliz ese matrimonio?¿Con don Alejo? ¡Qué he oído!
Cabal; con él, sí, señor.
¿Un sempiterno habladorle quieres dar por marido?Un zanguanguo con más denguesque mocita currutaca,más hueco que una petacay lleno de perendengues;un fatuo que rompe al díaun par o dos de botinesregistrando figurinesde una en otra sastrería:un baboso, un dominguejo,cuyo trato nadie estimay que sirve en todo Limade hazmerreír y de gracejo
¿No encontraron más apodospara hacértelo deforme?pues los que han dado el informemienten hasta por los codos,les sobra pechuga, arrojo,para hacer malo lo bueno;ven la paja en ojo ajenoy no ven la viga en su ojo.¿Querrán para yerno tuyo un mozo zarrapastroso,torpe, feo y andrajoso,cara de zango con yuyo?
Pero escucha mis razones,mujer de todas mis culpas:a ver si encuentras disculpasa estas justas reflexiones.Sabes que Manongo es hijode un hombre a quien apreciéy con el cual militéen el batallón de Fijo.
¡Dale la muela!Tan decantado serviciocon usura le pagaste
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