La fiesta fue un gran éxito. Lucas se dio cuenta de que, aunque sus costumbres y cultura eran diferentes, sus nuevos amigos lo respetaban y estaban interesados en aprender más sobre él. También aprendió mucho sobre la cultura de la ciudad y empezó a sentirse más integrado.Con el tiempo, Lucas encontró su lugar en la nueva escuela y se dio cuenta de que la diversidad era una gran riqueza. La inclusión y el respeto por las diferencias hicieron que todos se sintieran más unidos y apreciaran más sus propias culturas y las de los demás.Y así, Lucas comenzó una nueva etapa en su vida, rodeado de amigos que lo valoraban por ser él mismo.
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Al día siguiente, Lucas llevó algunas galletas tradicionales de su pueblo para compartir con sus nuevos amigos. Todos las probaron y las encontraron deliciosas. En respuesta, Martina y Diego le enseñaron a Lucas algunos juegos y canciones típicas de la ciudad.
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Una semana después, la maestra anunció que organizarían una pequeña fiesta de bienvenida para Lucas. Cada estudiante traería algo que representara su cultura o costumbres familiares. Lucas se sintió muy emocionado y agradecido.