Muy dolido el niño Ernesto con su amigo Pantaleón (Pantaleoncha o Pantocha) contemplaron por un momento, luego dijo Pantocha, antes “san Juan de Lucanas” era un pueblo rico por la mina de pedregal blanco de Ventanilla; era una mina de plata, pero abandonado por sus explotadores, y ellos muy tristes cómo ha quedado la mina, que parece un corral para vacas, cerdos, asnos, etc.
¿Cómo ha habrá quedado la mina?
Pantaleón empezó a tocar su corneta en la plaza, al escuchar la música todos estos niños, empezaron a bailar y hasta entonar melodías.Una vez reunidos los comuneros en la plaza de San Juan, pantocha empezó a hablar para llamarles a una reflexión y hacer respetar sus derechos frente al abuso de los principales de la comunidad. Toda esta injusticia vivían los comuneros Los ánimos de los comuneros se habían fortalecidos por las palabras de Pantocha.
Llega finalmente don Braulio, borracho, quien da la orden para iniciar la repartición, pero al oír que el semanero solo otorgaba agua a los comuneros, se enfurece, saca su revólver y balea a todos. Los comuneros huyen, y entonces Pantaleoncha empieza a gritar para animarlos a la resistencia, pero una bala disparada por don Braulio lo alcanza en la cabeza de pantocha y cae herido y muere.