Colombina: (sonriente, un poco despistada) ¡Pero maestro, así siento la música! ¿No dicen que la melodía debe fluir como el viento? ¡Y este viento corre rápido!
Don Alfonso: (exasperado, golpeando suavemente el clavicordio) ¡Colombina, por el amor de Mozart! ¡Ese es un andante, o un allegro! ¡Si sigues así, parecera que estas corriendo detras de un gallo!
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Don Alfonso: La melodia puede fluir, pero con gracia, como un cisne en un lago. No como una gallina que huye. ¡Ademas has olvidado la dinamica! El piano debe ser suave, no como si estuvieras peleando con el clavicordio!
Ah, ¿era un piano? Yo pense que era un forte... tal vez más como un fortissimo...
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¡Fortissimo! Solo si quieres despertar a todos los perros del pueblo. Escucha querida, en el arte de la opera, la armonia entre la voz y la musica es clave. tu eres la soprano, debes flotar sobre la musica como una pluma, no aplastarla como una piedra.
¡Ya entiendo! Entonces... más como un legato, ¿verdad? ¡Suave y conectado!
(con una sonrisa de alivio) ¡Exactamente! ¡Al fin! Vamos, repitamos desde el principio, con un hermoso crescendo... ¡Y recuerda, Colombina, sin perseguir gallos esta vez!