¡A ver! Por lo menos sabrá lavar ollas, si quiera podrá manejar la escoba, con esas manos que parecen que no son nada. ¡Llévate está inmundicia!
Había una vez un hombrecito que iba a trabajar en la hacienda de su patrón, que siempre se burlaba de el.
Creo que eres un perro, ¡Ladra!.Ponte en cuatro patas.Trota de costado, como un perro
¡Guau, guau! .
Todo lo quele ordenaban al hombrecito lo hacía bien. Pero había un poco como de espanto ensu rostro, algunos sirvientes se reían de verlo así, otros lo compadecían.
Anoche soñé que los dos habíamos muerto y nuestro padre San Francisco te cubrió de miel y a mi de excremento.
Arrodillándose, el pongo besó las manos del patrón y, todo agachado, siguió al mandón hasta la cocina.
AAAA¡¡¡
Nuestro gran padre nos dijo: "Ahora, lámanse el uno al otro; despacio, por mucho tiempo.
El Patrón siempre martirizaba al pongo delante de la servidumbre que rezaba.
A la hora del Ave María, el pongo habló muy claramente y le dijo al patrón lo que él había soñado la noche anterior.
El patrón se llevó la peor parte. Al final, el sueño del pongo nos dejó una reflexión y le dio una reflexión al patrón, “nadie es mejor que nadie y nadie debe ser humillado e injusto”.
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