Aquel viejo ya era un hombre cuando ocurrió la revolución. Es de los pocos que unen el mundo actual con el mundo desaparecido del capitalismo.
Iré a la taberna, estableceré una conversación para que me cuenta su vida de muchacho.
Siempre hay alguna guerra...
Cuando yo era un jovencito, la cerveza costaba cuatro peniques los tres cuartos. Esto era antes de la guerra naturalmente.
¿Qué guerra era esa?
¡Sombrero de copa!, hace tiempo que no veo uno de esos.
Usted es mucho mayor que yo. Cuando yo nací, sería usted ya un hombre hecho y derecho. Usted puede recordar lo que pasaba en los tiempos anteriores a la Revolución. Los de mi edad solo podemos leerlo en libros, y puede que no sea verdad.
Eso no tiene importancia. Yo quiero saber es si a usted lo trataban lo trataban como a un ser humano.
Winston observa desde una esquina a un viejo hombre con bigotes blancos, encorvado pero con energía, entrar a una taberna.
El viejo no me dice nada interesante, solo cosas sin importancia. Intentaré por última vez que me diga algo.
Winston entra a la taberna y luego de presenciar una discusión entre un tabernero y el viejo, éste último tropieza con Winston y lo invita a tomar algo.
Yo sé lo quiere escuchar usted, que quiero volver a ser joven, pero ser viejo tiene ventajas.
No me está entendiendo. Lo que quiero saber era cómo era su vida antes, ¿era peor?
Winston intenta inducir el tema a la conversación pero el viejo lo evita.
¿Era la vida antes de la Revolución mejor que ahora?
El viejo comienza a,contar de su pasado.
Estaba la cámara de Lores, cuando esos hombres pasaban había que llevarse la mano a la gorra como señal de respeto, aunque yo no estaba de acuerdo, lo tenía que hacer igual.Incluso alguna vez me empujaron.
El viejo se levanta al baño y Winston se retira indignado.
Es inútil pensarlo, los escasos supervivientes del mundo antiguo son incapaces de comparar una época con otra.