Odiseo estuvo a la deriva durante dos noches y dos días, hasta que al tercer día logró ver tierra firme, por lo que se apresuró a llegar, sin embargo al acercarse se encontró con varios acantilados, rocas y escollos.
¡Ay de mí! Después que Zeus me ha concedido inesperadamente ver tierra y he terminado de surcar este abismo, no encuentro por dónde salir del canoso mar.
En ese momento se acercaba una gran ola, por lo que Atenea le dijo a Odiseo que se sostuviera de la gran roca con ambas manos y se mantuviese ahí hasta que pasara la ola.
Así que emergiendo del oleaje que rugía en dirección a la costa, Odiseo nadó dando cara a la tierra por si encontraba orillas batidas por las olas o puertos de mar.
Al llegar a tierra firme se desató el velo de la diosa y lo echó al rio tal como se lo había indicado, luego una gran ola se llevó el velo y finalmente lo recibió Ino.
Odiseo se alejó del rio y decidió caminar hacia la selva, en donde encontró un lugar visible y en donde habían dos plantas a las que no llegaba el húmedo soplo de los vientos ni el resplandeciente sol las hería con sus rayos, ni la lluvia las atravesaba de un extremo a otro.
Odiseo se introdujo en medio de estas plantas, se echó encima de un montón de hojas, se cubrió con las hojas y Atenea vertió sobre sus ojos el sueño para que se le calmara rápidamente el penoso cansancio, cerrándole los párpados.
Z
Z
Z
Over 30 Million Storyboards Created
No Downloads, No Credit Card, and No Login Needed to Try!