Yo también. Sólo me faltó cambiarme las medias, pero no importa. Igual las tengo puestas desde ayer.
Claro, no hay problema. ¿La sesión de hoy estuvo difícil no?
Luana, dime que estás bromeando, por favor. No es posible que no te hayas cambiado las medias después de sudar tanto. ¡No es posible que no te cambies las medias a diario!
Luana, casi me olvido de llenar mi tomatodo. ¿Me acompañas al dispensador?
Sí, sudé un montón. ¡Qué bueno que traje ropa para cambiarme!
¡Tienes suerte! Este fin de semana me compré un set de medias nuevas y he traído un par.
No te miento, es que no sabía que no cambiármelas podía traer consigo tales consecuencias. Tan solo me olvidé, pero ya tiene sentido la picazón que siento.
Si no lo haces corres el riesgo que se junte el sudor en tu piel y te aparezcan hongos, estos podrían generarte heridas en la piel.
Ten, te lo regalo. Pero, por favor, desde hoy cámbiate las medias todos los días.
¿Y ahora cómo hago? No traje cambio de medias.
De nada, Luana. Ya sabes, no te olvides de cambiártelas al llegar a tu casa, así evitaras que se formen hongos del sudor de tus pies que te dejen heridas en la piel.
¡Gracias Carmen! Espérame un momento, voy a los vestidores para cambiarme las medias ahora mismo.
Gracias de nuevo, Carmen. No solo por regalarme tus medias, sino por enseñarme lo importante que es cambiarme las medias todos los días.