Virgencita te pido por favor que me ayudes a la hora de mi combate. Aquí te dejo estos anillos brillantes como agradecimiento. Ya tengo todo preparado, pero necesito de tu protección para que ganemos este combate.
Ya está todo listo para el combate, pero en tal caso que perdamos la batalla la ciudad debe ser destruida antes de caer en manos enemigas. Solamente sería respetado el santuario de la Inmaculada Concepción
Como usted ordene, tendremos listos los barriles de pólvora
¡¿Destruir todo?!
Todos mis planes han sido un fracaso, Morgan nos lleva la ventaja. Voy a colocarme a la cabeza de mis hombres para un último y definitivo ataque. Avisad a Pau y Rocaberri que ya es hora.
quemad
¡No se valla, lo necesitamos!
El 19 de enero de 1671, don Juan Pérez Guzmán acude a la iglesia de la Inmaculada Concepción a orar por última vez ante su patrona y para pedir protección de ella en la batalla.
¡¡¡NO!!!
Don Juan se reúne con el capitán de artillería, Balthasar Pau y Rocaberri para repasar el plan en caso de que perdieran la batalla por Panamá.
¿Solo eso?
Ganamos la batalla por Panamá, pero perdí la lucha contra la última estrategia concebida por Pérez Guzmán. Solo conseguimos cuatrocientos mil reales de ocho del cual nos toca 60 libras esterlinas a cada uno.
Nos merecemos más
Buuuuuu
Durante la batalla, todos los planes de don Juan habían fallado, Morgan iba en ventaja. Lo único que le quedaba hacer era dar la cara ya que la mayoría de sus hombres habían muerto y los otros se habían retirado.
Al llegar solicitaré apoyo al virrey Lemos y al gobernador de Cartagena para la recuperación de la ciudad. Me dedicaré a preparar mi defensa de cara al juicio que sin duda le seguiría a la Corona española por la pérdida de Panamá
Se escucharon explosiones, ya el capitán Pau y Rocaberri había cumplido con las órdenes de don Juan. Al escuchar las explosiones, Henry aceleró el ritmo, pero no lo logró, la mayoría estaba arruinado y muchos de sus hombres habían muerto a causa de las explosiones.
Henry decepcionado por no encontrar el tesoro que tanto esperaba, estuvo furioso y canceló las celebraciones. El 28 de febrero zarparon de Chagres rumbo a Jamaica. Al repartir las ganancias la gente estuvo decepcionada y furiosa.
Después de la derrota de Panamá, don Juan es acompañado por una pequeña corte y se dirigieron a Penonomé donde estarían seguros.
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