Transcurrieron cinco años de lo ocurrido, por lo que don Juan Tenorio decidió regresar a España. Una vez allí, fue hasta el Panteón para observar las tumbas de sus víctimas, incluyendo a doña Inés.
Arrepentido, se fue a su casa e invitó al capitán Centellas y a otro amigo para que lo acompañaran, pero misteriosamente comenzó a moverse la puerta y aparecieron los fantasmas de don Gonzalo e Inés.
ACTO 7: NARRADOR
Arrepentido, se fue a su casa e invitó al capitán Centellas y a otro amigo para que lo acompañaran, pero misteriosamente comenzó a moverse la puerta y aparecieron los fantasmas de don Gonzalo e Inés.
Todos se desmayaron con el susto, excepto Tenorio, quien no vio nada y ayudó a despertarlos, pero nunca les creyó.
ACTO 7: NARRADOR
Como Tenorio no presenció a los espectros, el Capitán Centellas y su amigo pensaron que el famoso don Juan los había drogado, así que lo retaron a un duelo, donde perdió la vida.
Pero Tenorio, al morir, se encontró con don Gonzalo de Ulloa y doña Inés.
ACTO 7: Don Gonzalo de Ulloa, Doña Inés y Tenorio
Debes pagar por todos los pecados cometidos, arderás en el infierno sin que tu alma tenga descanso.
Padre, por favor, no lo lleves al fuego eterno, déjalo ir conmigo hasta las puertas del cielo para que Dios lo perdone.
ACTO 7: NARRADOR
Finalmente, el padre de Inés accedió. Tenorio se fue con ella al paraíso, donde absolvieron sus pecados y pasaron juntos, toda la eternidad.
Casa de Don Gonzalo de Ulloa
ACTO 1: Buttarelli, Don Luis Mejía y Don Juan Tenorio
Pido perdón por el daño que les causé a todos, pues mi vida no fue la misma hasta que perdí a mi amor.