Laura y Paola estaban comprando cosas en el mercado, discutiendo sobre una noticia reciente sobre el racismo en Estados Unidos.
Exacto, la discriminación de verdad hiere a las personas, ¡pobre señora!
Esto es terrible, no entiendo a la gente así, ¡somos todos personas!
Laura se quedó pensando en que días antes había hecho un comentario de mal gusto sobre la forma de hablar de un señor, por lo que decide disculparse con el señor.
Hola señor. Le pido disculpas por haberle insultado por su manera de hablar. Mi amiga me ha hecho entrar en razón, y ahora entiendo que no es algo malo el hecho de que hable diferente.
Claro, siñorita, muchas gracias
Laura volvió con su amiga, lista para seguir aprendiendo sobre la discriminación lingüística, tan escondida en el día a día.
¡Claro! Te cuento mientras seguimos comprando.
Háblame más sobre ese tipo de discriminación, por favor. No quiero seguir hiriendo los sentimientos de la gente.
Laura le estás ofendiendo, él creció así y no puede cambiar su forma de hablar fácilmente. Lo que has hecho es un buen ejemplo de discriminación lingüística, un tipo de racismo.
¿¡Racismo!? Pero, la noticia de antes era de racismo, ¡no pedirle que hable bien a un hombre!
Es un tipo de discriminación sobre la manera que tienen las personas de hablar. No pueden evitarlo, y no es muy inteligente intentar cambiarlo
Entonces, ¿no hay una forma correcta de hablar?
No, pero no te culpo, Laura, pues así creciste y nos han enseñado que la forma correcta de hablar es dictada por la Real Academia Española.Pero sí te pido que le pidas disculpas a todos aquellos que has ofendido.
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