La gata y las siete ratoncitas (parte 3)
Storyboard Text
- Mints
- No se preocupen, las sacaré de aquí
- *Giggles
- ¡Ayuda!
- *Zzz
- Soda
- Lo siento gatita
- Las burbujas las harán subir para que puedan tomar la soga, cuando ya estén en la soga solo trepen
- *Zzz
- De esta manera, recordando lo mala que fue la gata con ella y la culpa de hacer que las ratonas se convirtieran en presas, la hámster blanca decidió ayudar a las demás roedoras.
- *Grumble
- Para ello, la hámster trajo una soga, gaseosa y mentas para intentar sacar a las ratonas de los intestinos de la malvada felina. Entonces, movió una de las camas hasta el centro del cuarto y amarró la soga a la pata de aquella cama. Luego, trajo una silla, la puso al lado de la cara de la gata, y subiéndose a la silla, comenzó a abrirle el hocico lentamente. Una vez que la gata estaba con la boca abierta, la roedora trajo el otro extremo de la cuerda y lo arrojó a la garganta de la gatita morada.
- *Zzz
- La gata, inconscientemente, se tragó una parte de la cuerda de modo que las ratoncitas atrapadas en su panza pudieron ver como esta colgaba en la parte superior de su estómago pero no podían alcanzarla. Por eso, la ratoncita vertió la gaseosa en la boca de la depredadora y, una vez que se acabó la gaseosa, subió a la silla con una menta y, antes de meterla, les dijo a las ratonas prisioneras lo que tenían que hacer. Finalmente soltó la menta y rápidamente se alejó llevando la silla.
- Bueno, le colocaste en su estómago gaseosa y mentas, su vientre se inflará hasta que explote
- ¡Genial! pero debemos de limpiar para que no se de cuenta de lo que pasó, luego nos iremos un rato para esperar a que salga de nuestra casa.
- Está bien, por lo menos esa bestia ya no nos molestará más
- *Zzz
- Discúlpenme por ayudar a esa gata para que entrara en su casa, es que tenía miedo de que me comiera
- El vientre de la felina comenzó a rugir y a agitarse, pero la gata, para suerte de las roedoras, no se despertó porque estaba profundamente dormida. Después, los jugos gástricos que se habían mezclado con la gaseosa empezaron a formar muchas burbujas. Mientras tanto, desde afuera, la hámster blanca iba botando la botella de gaseosa junto con las mentas. Luego, dentro de la fiera, las burbujas elevaron a las ratonas y una de ellas logró tomar la soga.
- *Grumble
- *Grumble
- Así pues, la primera ratona trepó la soga saliendo de la gata, a quien se le comenzaron a inflar los cachetes por el aire que llegaba a estos, por lo que la gatita comenzó a liberar varios eructos. De esta manera, las ratonas fueron saliendo una a una, mientras que, cada vez que una roedora salía, la gatita se movía un poco y soltaba un ruidoso eructo. Al cabo de unos pocos minutos, todas las ratonas estaban libres y la barriga de la gata era casi tan pequeña como antes de que las devorara.
- *Burp
- En ese momento, la hámster desenredó la soga de la cama y la gata, aún dormida, se tragó la soga de un sorbo. La roedora blanca les pidió perdón a las otras ratonas, estas lo aceptaron y le dijeron que al menos la gata no las volvería a fastidiar ya que la panza de la fiera no podrá contener todo el gas producido por la gaseosa y las mentas. Finalmente, una de las ratoncitas les dijo a las demás que tienen que limpiar el desorden para que la felina no notara nada fuera de lo común.
- Espera, ¿a qué te refieres
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