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- ¡Sacad las armas y llevaros a las mujeres!
- El primer problema que tuvo que afrontar la nueva ciudad fue la falta de mujeres, pues los refugiados y forajidos atraídos por Rómulo y Remo eran todo hombres. Para resolverlo, Rómulo anunció que había descubierto bajo la ciudad el altar de Conso, dios de la agricultura, e instituyó unas fiestas en su honor, las Consuales, a las que invitó a los sabinos. Mientras los hombres sabinos presenciaban las carreras de carros, Rómulo hizo una señal echándose la capa sobre los hombros para que los suyos tomaran las armas. Estos raptaron a las sabinas cargando con ellas hasta traspasar el umbral de sus casas para reclamarlas así como esposas.
- Las puertas están abrertas corred!!
- Burlados y humillados por los romanos, los sabinos decidieron declarar la guerra a Roma. Cuando Rómulo mató al rey cenino Acrón, los sabinos se unieron en trono a Tito Tacio y pusieron sitio a Roma. Tarpeya, hija del comandante de la ciudadela romana, traicionó a la ciudad: a cambio de los brazaletes de oro de los sabinos, abrió las puertas y franqueó el paso enemigo. Durante la sangrienta lucha siguiente. Rómulo fue derribado por una piedra que le alcanzó la cabeza. Los romanos empezaron a retirarse y sólo se recuperaron cuando Rómulo se levantó y suplicó ayuda a Júpiter Estator. La batalla fue detenida por las sabinas, que corrieron entre ambos ejércitos y rogaron a sus padres y maridos que no se maten entre ellos. Así, se hizo la paz entre los dos bandos bajo el mandato conjunto de Rómulo y Tacio.
- Gracias padre!
- Hijo mio ahora serás el Dios Quirino, el dios sabino de la guerra
- Un día en el que Rómulo arengaba sus tropas en el campo de Marte se desató una tormenta repentina. Los truenos retumbaron en el aire, y Rómulo fue envuelto por una nube y llevado a los cielos en el carro de su mismo padre, Marte, para convertirse él mismo en dios. Desde entonces fue adorado con el nombre de Quirino, el dios sabino de la guerra. El rey siguiente, Numa Pompilio, era sabino, prueba de que la unión de los dos pueblos perduró más allá de los reinados de Rómulo y Tacio. n
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