El pescador y su alma

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  • La sirenita lo prometió y cumplió su promesa. Cada vez que el pescador la llamaba, ella salía a su encuentro y cantaba para él, y su red se llenaba.
  • ¡Sirenita!
  • Sirenita, te amo y quiero estar toda mi vida contigo.
  • Pero el pescador ya no estaba interesado solo en llenar su red.
  • La sirenita lo prometió y cumplió su promesa. Cada vez que el pescador la llamaba, ella salía a su encuentro y cantaba para él, y su red se llenaba.
  • ¡Sirenita!
  • Lo siento,no podemos estar juntos, porque tienes alma y yo no.
  • Así que el pescador fue en busca de ayuda con el padre.
  • Padre me he enamorado de una hermosa sirena, pero no puedo estar con ella porque tiene alma, ¿Cómo puedo deshacerme de ella?
  • ¿¡Qué?! Estás loco,los hijos del mar están perdidos ,no tienen lugar ni en el cielo ni en el infierno. El alma es lo mas valioso en el hombre.
  • 
  • Al no recibir ayuda por parte del padre decidió ir con la bruja de la cueva.
  • ¡Estas loco !Pero si así lo quieres, te diré con una condición. Tienes que ir mañana en la noche al bosque y bailar conmigo.
  • Deberia ser mio, soy tan bonita como la sirena.
  • ¡Bruja! Necesito que me digas como deshacerme de mi alma. No me deja estar con mi amada sirena.
  • El pescador cumplió y se presentó el sábado en la noche en la cima de la montaña para bailar con la bruja.
  • Del cielo empezaron a bajar muchas brujas, y con la que él había hablado fue la última en llegar.
  • 1 año después, su alma regresó y lo llamó.
  • ¡Pescador! Sal, que tengo mucho que contarte. Viajé a Oriente.
  • ¿Para que me llamas?
  • El alma le contó que había ido a un templo en donde conoció a un sacerdote, al cual le pidió, lo llevara con su Dios.
  • Llévame con tu Dios.
  • Dormiré con él.
  • Comeré con él.
  • Está comiendo.
  • Está bien, te llevaré.
  • Está durmiendo.
  • El sacerdote, lo llevó a un cuarto con una estatuilla, al darse cuenta de que el sacerdote lo engañaba, el alma le secó la mano.
  • ¡Llévame con tu Dios, este no es!
  • Así lo haré.
  • ¡Oh! Por favor, cúrame y te llevaré con mi Dios.
  • El alma lo curó y el sacerdote lo llevó a otro cuarto, pero esta vez con una estatua más grande. Al darse cuenta de que lo engañaba otra vez, lo dejó ciego.
  • ¡Este no es tu Dios!
  • Así lo haré.
  • ¡Oh! Por favor, regrésame la vista y te mostraré a mi Dios.
  • Esta vez, el sacerdote lo llevó a un cuarto con un espejo.
  • ¿Qué es esto?
  • El espejo dela sabiduría, aquel que lo posea, será el hombre más sabio.
  • Hice un cosa extraña, pero ahora tengo el espejo y si vienes conmigo, serás el hombre más sabio.
  • El amor es mejor que la sabiduría.
  • El alma le ofreció al pescador el espejo.
  • 1 año después, el alma regresó y le contó al pescador lo que había vivido mientras viajaba por el Sur.
  • ¡Pescador! Esta vez me dirigí al Sur. He visto cosas maravillosas, deja que te cuente.
  • El alma le contó que había estado en un mercado cuando la caravana del príncipe pasaba y el alma no se arrodilló, por lo que el príncipe lo mandó a llamar.
  • ¡Tráiganlo al castillo!
  • El príncipe intentó matar al alma pero no pudo, por lo que le ofreció la mitad de sus riquezas para que se fuera, pero el alma solo le pidió su anillo.
  • ¿Cómo es que no has muerto? Te doy la mitad de mis riquezas, pero vete.
  • Me iré, pero solo deseo tu anillo.
  • Sé lo que dice, y quiero el anillo.
  • ¿Mi anillo? Es solo de plomo, no tiene valor.
  • El alma le ofreció al pescador aquel anillo.
  • Hice una cosa extraña, pero no importa, ven conmigo y serás el hombre más rico del mundo.
  • El amor es mejor que la riqueza.
  • Transcurrió el tercer año y el alma llamó al pescador y le contó sobre las bailarinas de una ciudad no muy lejana.
  • ¿Bailarinas? Mmm...mi sirena no puedo bailar conmigo porque no tiene pies.
  • ¡Pescador! He estado en una ciudad maravillosa con bailarinas hermosísimas. Ven conmigo y bailaremos con ellas.
  • El pescador, persuadido por su alma, aceptó y dejó que penetrara en él nuevamente.
  • Está bien, supongo que no notarán si me voy unos días.
  • El alma guió al pescador a una ciudad que no era la de las bailarinas, pero aún así entraron. Ahí, el alma del pescador le indicó que se robara una copa.
  • Esta no es la ciudad.
  • No, pero entremos, y róbate esa copa.
  • Calma, calma.
  • ¿Por qué me has hecho hacer eso? ¡Es algo malo!
  • ¡Golpea a ese niño!
  • Entraron a otra ciudad que tampoco era la de las bailarinas, pero entraron. Ahí, el alma le dijo al pescador que golpeara a un niño, y así lo hizo.
  • Tranquilo, tranquilo.
  • ¿Por qué me hiciste hacer eso? ¡Estuvo muy mal!
  • Entraron a una tercera ciudad que tampoco era la de las bailarinas. Ahí encontraron un mercader que amablemente les ofreció asilo.
  • ¿Qué haces ahí muchacho?
  • No tengo donde quedarme.
  • Ven conmigo, puedes quedarte en mi casa.
  • Llegaron a la casa del mercader y lo instaló en un cuarto de visitas. Ahí el alma le ordenó al pescador que matara a su anfitrión.
  • ¡Mata al mercader!
  • El pescador, sin poder resistir, se dirigió al cuarto del mercader y lo golpeó hasta que se desmayó.
  • El pescador, harto de hacer tantas cosas malas, se enojó y empezó a caminar de regreso a casa.
  • ¿Por qué me haces hacer esto? ¡Ya basta! ¡Jamás debí aceptarte, ¡sal de mí!
  • Solo puedes deshacerte de mí una vez, el conjuro de la bruja ya no sirve.
  • No te haré más caso. Regresaré con mi amada.
  • El pescador pasó toda la noche llamando a la sirena, pero ella nunca salió.
  • ¡Sirenita! ¡Sal, por favor!
  • Pasó un año en que el pescador llamaba cada noche a la sirena y el alma trataba de convencerlo para hacer el mal. Cansado de no convencerlo, lo tentó con hacer el bien.
  • Te he tentado con el mal y no funciona, Hagamos el bien entonces, ayudemos a los pordioseros y a los niños sin hogar.
  • Transcurrido un año, el alma, al ver que jamás lo convencería, le pidió que la dejara entrar a su corazón.
  • Jamás podré convencerte. Déjame entrar a tu corazón, no he podido entrar porque está lleno de amor por tu sirena.
  • Sin embargo, quiero ayudarte; entra.
  • Al pronunciar estas palabras, la sirena fue arrastrada por las olas a la costa y el pescador la encontró ya muerta. Entonces dejó que las olas altas lo mataran.
  • A la mañana siguiente, el padre encontró al pescador y a la sirena muertos en la costa y ordenó que los enterraran.
  • Llévatelos y entiérralos en donde no crecen flores ni planta alguna.
  • Y así fue, los enterraron en un lugar donde solo crecía hierba seca.
  • Pasóel tiempo y sobre sus tumbascreció una flor, más bonita que ninguna otra.

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