Había una vez, una princesa que no quería ser reina, porque su verdadera pasión era leer y escribir.
La valentía de Valentina
Los Reyes querían que la Princesa Valentina fuera la sucesora al trono y no veían con buenos ojos su amor a la literatura; ya que en esa época, no era bien visto que una mujer tuviera tanto conocimiento.
Tu deber es cumplir con el reino
No sé como pretenden que sea reina
Al sentirse incomprendida, decidió bajar de la torre del castillo para ver a su fiel amiga dragona, quien siempre estaba dispuesta a escucharla.
Mis padres insisten en que yo seré la nueva reina, que no debo perder mi tiempo con las tonterías de la lectura.
No permitas que te hagan abandonar tus ideales.
Su amiga dragona era la única que la comprendía, ya que siempre la acompañaba en sus horas de lectura.
No tienen idea de las experiencias y aprendizajes que te brinda la lectura, es prácticamente otro mundo.
Si tan solo quisieran darse la oportunidad de entrar a tu maravilloso mundo al que te transporta la literatura.
La Princesa Valentina, al defender su amor a la literatura se enfrenta a sus padres, les dice lo que ella quiere hacer con su vida; estos no la apoyan y la destierran del reino
Padres, con o sin su consentimiento hare lo que en verdad me apasiona.
Si, padres. Me iré en busca de mis sueños.
Si no cumples con tus deberes reales deberás abandonar el reino y sin nuestro apoyo.
Y es así como la valiente Princesa decide ir en busca de sus sueños, con su fiel amiga la dragona. Ansiosa por el mundo a descubrir para tener historias que contar a través de la literatura.
Hay tanto que me falta por descubrir y no quiero conocer sólo un género.
Yo estaré contigo sin importar que tan difícil sea el camino hacia tus sueños.
FIN
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